domingo, 12 de abril de 2015

Adaptación de ``La princesa y los siete bandoleros´´

El príncipe Damián y las 7 ninfas

Había una vez en un reino encantado, una principito de lindos ojos y bella sonrisa llamado Damián que vivía en Palacio junto a su padre el rey Leonard y su reciente Madrasta Briseida.

Para el rey, su hijo era lo más valioso. Y es que a parte de ser el futuro heredero del reino, desde que murió su madre, lo habían compartido todo, eran inseparables y eso era algo que Briseida la nueva esposa del rey no podía soportar.

Ella quería toda la atención del rey y estaba harta de tener que compartir su amor con Damián. Un día cargada de celos fue a buscar a un mago que vivía en una cueva escondida en el bosque…

- Toc toc - Llamó a la  puerta

- ¿Quién es? - Contestó el mago
- Hola Grandom, siento interrumpirte pero...¡Necesito tu ayuda ahora mismo! Quiero que hagas del príncipe el ser más feo y monstruoso que exista en la tierra. ¿No tendrás una pócima que lo consiga verdad?
- Mmmmm creo que algo tengo por aquí… pero es muy fuerte y difícil de curar- El mago saco una especie de frasco de color verde
- ¡Perfecto! Serás bien recompensado- Y quitándoselo de las manos se marchó

Cuando llegó la noche Briseida no se lo pensó dos veces y cuando el príncipe dormía le echó unas gotas en la boca que sin darse cuenta se tomó… En cuestión de minutos Damián empezó a sufrir una espantosa transformación. Le salió pelo por todo el cuerpo, colmillos en los dientes, orejas  puntiagudas… ¡Era como un monstruo! Corriendo la madrastra fue a avisar al rey de que una terrible criatura se había colado en la habitación del príncipe y le había devorado. El rey al oír esto fue a darle muerte al presunto monstruo que sin saberlo era su hijo amado.

Damián no daba crédito a lo que la acababa de suceder, la malvada madrastra le había envenenado y ¡ahora su padre creía que era un ser horrible!

- ¡Tengo que huir o mi propio padre me matará!- Dijo con voz monstruosa

Después de mucho correr encontró un escondite cubierto por las hojas donde poder descansar y sin darse cuenta se quedó dormido…  A la mañana siguiente Damián empezó  a notar un cosquilleo en todo ese pelaje que ahora llevaba que le hizo despertar…

- AAAAHH!- Gritó Damián, ¿Quién eres tú?

- Oye que yo podría decir lo mismo, ¡Te has adueñado de mi hogar oso feo!
- Eiii… que no soy un oso…. Bueno en verdad no sé lo que soy ahora mismo, me han envenenado y he sufrido una horrible transformación!, ¡Me llamo Damián y soy el príncipe heredero de este reino en el que vives!
- Uuuf pues que aspecto te han dejado… Bueno yo soy Delfo, el duendecillo de este bosque y el dueño de esta madriguera en donde te has metido, ¿Sabes? Creo que puedo ayudarte. Dicen que en este bosque habitan 7 ninfas mágicas y que si consigues una lágrima de cada una de ellas se te concede un deseo. Tienes suerte de haberme conocido… puesto que se exactamente dónde se encuentran.

Al oír esto Damián no se lo pensó dos veces y decidió ir en busca de esas  lágrimas que le harían volver a ser quien era. 

Juntos, el duendecillo y él comenzaron su aventura. 

La primera ninfa se encontraba encerrada en una cueva que por un temblor quedo sellada por las rocas. Damián ahora con sus grandes y fuertes brazos fue capaz de derribar todo aquello y liberar a la ninfa la cual lloró de alegría al volver a ver el bosque de nuevo. 

El duende raudo y veloz consiguió coger una de sus lágrimas. Y siguieron su camino.

La segunda, habitaba en una inmensa flor. Esta amaba la naturaleza y todo lo que a ella la rodeaba. Damián con la emoción de encontrarla no se dio cuenta y pisó sin querer su lindo jardín de flores. La ninfa muy triste se echó a llorar y así consiguieron la segunda lágrima.

La tercera vino de una forma inesperada. Mientras Delfos y Damián hablaban de lo sucedido oyeron un grito estremecedor que les dejó extrañados. Vieron detrás de un arbusto unos ojos llorosos  que la miraban fijamente. Se trataba de otra de las ninfas la cual se había asustado al ver al monstruoso príncipe. El duendecillo para tranquilizarla se acercó a explicarla lo sucedido y la pidió una de sus lágrimas.

Para conseguir la cuarta, tuvieron que adentrarse en el interior de una cascada. La ninfa estaba sentada escuchando el sonido del agua. Delfos pensó que estaba muy aburrida y que lo que necesitaba era que alguien… ¡La hiciera llorar de la risa! Así que fue con ella e hizo un montón de piruetas y caras graciosas hasta que lo consiguió. Ella muy agradecida les concedió sin problema una de sus lágrimas.

La siguiente ninfa la encontraron encima de un tronco tumbada, parecía cansada. Entonces idearon un plan perfecto. Damián que cantaba muy bien se escondió sin que le viera y empezó a cantarla una nana. A la ninfa la empezó a entrar mucho mucho sueño y no pudo evitar pegar un buen bostezo al que le siguió una lágrima de sueño, la cual capturó la princesa con mucho sigilo.

La sexta ninfa estaba jugando con su juguete más preciado, un fruto mágico que cada vez que botaba cambiaba de color. Delfos y el prínicpe pensaron que si la quitaban sin que se diera cuenta su juguete esta lloraría de la rabia pensando que lo habría perdido. Y efectivamente cuando menos se lo esperaba… ¡se lo quitaron! De la furia que tenía se le escapó una lágrima que rápidamente fue guardada con el resto. Una vez conseguida y para calmar a la ninfa volvieron a colocar el juguete en su lugar para que esta no siguiera llorando.

Ya sólo quedaba una última ninfa y el duende y el príncipe ya se empezaban a quedar sin ideas. Ésta estaba sentada en un campo de flores, cantando y jugando con ellas. Era una ninfa realmente bella y Damián se quedó prendido de ella nada más verla. Tenían que idear un plan para conseguir una de sus lágrimas, pero ¿Cómo? Damián recordó que una de las flores que allí se encontraba era muy sensible a los ojos si te la acercabas. Hicieron un ramo y se acercaron a regalárselo. La ninfa al verlo se acercó para olerlas produciendo en ella sin querer un picor espantoso en sus ojos que la hizo derramar una lágrima.

¡Delfos y Damián lo habían conseguido! Gracias a su trabajo en equipo y buenas ideas habían logrado reunir las 7 lágrimas que conseguirían volver al príncipe a recobrar su imagen real.

Damián entonces cogió el frasquito donde llevaba las lágrimas y se lo bebió y… ¡catapumpumpum! Desaparecieron las garras, el pelaje y todo lo que la hacía parecer un horrible monstruo.

Antes de regresar a palacio Damián volvió con la última de las ninfas para que esta le pudiera ver como realmente era. Y cuando se vieron quedaron prendidos el uno del otro. Él le explicó todas sus aventuras y la pidió que regresara a palacio con él y su amigo el duende. La ninfa no pudo rechazarlo y aceptó sin dudarlo.

Volvieron entonces corriendo a palacio y cuando el rey volvió a ver a su hijo al cual daba por muerto no se lo podía creer. Ellos le contaron todo lo sucedido y Leonard echó a la madrastra del castillo ¡y de sus vidas! Pero no sólo eso, el príncipe acabó casándose con aquella ninfa y el duendecillo se quedó en el reino como ayudante de la corte real. 
FIN


Mi adaptación está destinada para niños de entre 5 y 6 años.

Pensando en lo que les puede interesar a esta edad, he intentado hacer una historia original que tuviera un poco de todo.

No he querido añadir un vocabulario complicado para que la historia fuera lo mas comprensible posible. Además hay diálogos y expresiones que hacen que el niño no pierda interés y se meta de lleno en la trama.

Me ha parecido conveniente darle un toque fantástico he incorporar así personajes como ninfas y un duende que den magia a la historia y que despierten así la imaginación. A los niños les encanta fantasear, jugar a ser/hacer algo que en la vida real no pueden ser/hacer. Por eso que haya mezclado fantasía y realidad, porque creo que es sobretodo en esta etapa cuando más se imagina y por tanto se disfruta de ello.

Creo que la figura del duende es muy importante ya que hace de guía y acompañante al príncipe. Es como un amigo que vive con él sus aventuras. Los niños de por sí a esta edad quieren descubrirlo todo pero toda aventura se hace más placentera si tienes alguien con quién compartirla. En este caso esa es la función que he querido dar a este personaje que me ha parecido ideal para el relato.

En mi historia, la huida del príncipe la provoca la madrastra de una forma peculiar ya que a través de una pócima proporcionada por un mago hace creer al rey que su hijo ( que ya ha sufrido la transformación) ha sido devorado por un monstruo. Y con la ira del rey al pensar que su hijo a muerto en manos de una fiera va a darle caza; lo que hace que el príncipe tenga que huir sin otro remedio.

Además en el bosque se encuentra no sólo con la figura del duende sino con 7 ninfas que sin acompañarle directamente en su aventura, juegan un papel imprescindible para llegar a conseguir su objetivo final.

He querido que el público al que va dirigido se pueda sentir identificado y por ello he diseñado a un príncipe con cualidades y valores parecidas a los niños de esta edad. Es aventurero, imaginativo, y sobretodo ingenioso ya que con la ayuda de su amigo el duende y sus nuevas facultades de monstruo consigue apañárselas para reunir las  lágrimas que necesita y ganar la ``batalla´´ a la madrastra.

Cambios en los personajes/escenario:

  • Pincesa Rosalinda - Príncipe Damián
  • Madrastra - Briseida
  • Rey - Leonard
  • Soldado - Mago
  • 7 bandoleros - 7 ninfas
  • Sierra Morena - Reino encantado